- Martes, 23 Febrero 2016
- Fecha de publicación
La patronal de la isla considera que todavía hay tiempo para replantear el proyecto de la APB. FOTO: Diario de Ibiza
C. Convalia | Formentera
La junta directiva de la Petita i Mitjana Empresa (Pime) de Formentera se reunió ayer con carácter «urgente y extraordinario» para expresar «su total y absoluto rechazo» al proyecto de la Autoridad Portuaria de Balears (APB) de reubicar la actual estación marítima de las barcas de la línea pitiusa en el muelle mercantil del puerto de Ibiza.
«Queremos que la estación marítima de conexión con Formentera en Ibiza se quede donde está, que no se mueva y si se tiene que mejorar que se mejore, pero allí donde está ahora», recalcó el presidente de esta patronal, Pep Mayans. El motivo es la distancia a la que estará situada la nueva terminal portuaria, más alejada del centro urbano. Lo que implicará, recordó, «que se tendrá que coger un autobús para llegar al centro de Vila».
Mayans señaló que «como mucho admitiríamos que los barcos mixtos, de carga y pasaje, operasen desde el muelle comercial al que nos quieren enviar, pero los barcos de pasajeros tienen que quedarse donde están ahora».
Al mismo tiempo, la patronal considera que todavía «hay tiempo, de sobra, para cambiar el proyecto y adaptarlo a las necesidades de Formentera». «Será tarde cuando ya esté construida la nueva instalación, pero hasta entonces no es tarde», recalcó el presidente. Recordó que la previsión de la propia APB es ejecutar el proyecto «para dentro de tres o cuatro años».
La junta directiva señaló que si bien el presidente de la APB, Joan Gual de Torrella, trasladó en la reunión de la pasada semana del Consell d´Entitats que la decisión estaba tomada, la Pime considera que «de ninguna manera esa decisión está tomada, ni es definitiva, ya que nadie, absolutamente nadie en Formentera está de acuerdo», haciéndose así eco del rechazo unánime que se reflejó en las intervenciones de los representantes de las asociaciones que forman el Consell d´Entitats.
La directiva ha acordado trasladar al Consell de Formentera la necesidad de pedir a la APB que un representante de la institución insular, un vocal, esté presente en el Consejo de Navegación del puerto de Ibiza. Ese organismo no cuenta con ningún representante de la isla, a pesar de que la línea de Formentera mueve 1,6 millones de pasajeros al año y es el único medio de comunicación que tienen los formenterenses con el exterior, por lo que esta población es una de las que más usa las instalaciones portuarias, tanto de la Savina como del puerto de Vila. «Tenemos derecho a tener un vocal que nos represente en el Consejo de Navegación de Ibiza», recalcó Mayans.
También solicitarán al Consell de Formentera que les haga llegar todas las actas del Consejo de Administración de la APB que hagan referencia a la polémica remodelación portuaria, «para analizar qué ha pasado y por qué no se nos ha hecho caso», indicó Mayans. Finalmente, el representante del sector naviero en la directiva de la Pime, Gerardo Ferrero, recordó que la justificación del traslado de la estación marítima por parte de la APB es la seguridad.
Sin embargo, Ferrero no dudó en cuestionar este argumento: «No veo la seguridad en el entorno al que nos quieren llevar ya que la proyección de muelles prevista acorta el espejo de maniobras de los barcos sacando las operaciones a la zona exterior, frente al Martillo». Recordó que la APB tiene herramientas para saber y calcular las obras portuarias y puede aplicar «modelos matemáticos o de simulación para saber qué tránsito se va a producir». Por eso, apuntó que previamente «es necesario realizar un estudio sobre cómo se van a desarrollar las maniobras teniendo en cuenta frecuencias y tipos de barcos, y eso no está hecho», criticó.